Si tu veterinario ha pautado un colirio, la eficacia depende de tres cosas: administración correcta, higiene y conservación.
Cómo aplicar un colirio (sin complicaciones)
- Lávate las manos antes y después.
- Sujeta la cabeza con suavidad. Si es posible, hazlo entre dos personas.
- Evita tocar el ojo con la punta del gotero.
- Respeta la pauta: dosis, frecuencia y duración (lo marca el veterinario).
Conservación: lo que más falla
Muchos colirios tienen recomendaciones específicas (temperatura, luz, caducidad tras apertura). La regla general:
- Guárdalo en su envase original.
- Evita calor y luz directa.
- Si requiere nevera, respeta la cadena de frío y no lo congeles.
- Anota la fecha de apertura en el envase.
Errores habituales
- Tocar el ojo con la punta del gotero (contaminación).
- Guardar el colirio abierto sin anotar fecha.
- Dejar el colirio en el coche “un momento”.
- Interrumpir el tratamiento antes de tiempo sin indicación veterinaria.
Cuándo consultar al veterinario
Si aparece dolor intenso, empeora el enrojecimiento, hay secreción abundante, el animal no abre el ojo o hay sospecha de úlcera, lo correcto es revisar en consulta.
Checklist antes de venir (para dispensación)
- Foto legible de receta/pauta (si procede).
- Formato y concentración si aparecen.
- Confirmar si requiere nevera.
Si tienes dudas, envíanos una foto por WhatsApp y lo revisamos.
Envíanos una foto legible de la receta/pauta y si el colirio requiere nevera. Te respondemos con criterio y sin complicaciones.
Importante: la prescripción y los cambios de pauta corresponden al veterinario.